Milan Kundera
Si me pidiesen que lo describiera, diría que es como un gran circo, como un programa de concurso que nunca termina, como un reality show lleno de personajes estultos y sin oficio. Diría que el 95% de lo que se hace pasar por arte en estos días es mierda enlatada que produce “Wows”.
Si me pidiesen que fuera más preciso diría: Hay más lugares comunes que ideas relucientemente nuevas, hay más formulas repetidas y memorizadas que experimentos inteligentes, hay demasiada gente que se hace llamar artista.
Si usted cree en la dignidad de eso que suele llamarse arte, deberá sobrevivir este mundo lleno de artistas. Deberá sortear millones de mercachifles de veinti-tantos años con coeficientes intelectuales de zancudo y aires de importancia. Todos ellos propondrán lo que creen que son ideas frescas. Usted, solo usted y muy pocos más, albergaran la certeza de que la mayoría de aquellas supuestas ideas frescas no son otra cosa que caca fresca.
No es un concurso el arte, ni hay campeonatos mundiales de pintores, o de escritores, o de músicos. Todo era una parte tonta de su imaginación. No importan los Grammys que gane Carlos Vives o las cosas que digan las caras bonitas al final del noticiero de las siete.
No sería exageradamente impropio ceñirse a la siguiente regla general: las cosas más aclamadas son las peores cosas.
Una mujer que use muchas prendas largas de color negro y muchas palabras que se relacionen con la raíz latina -ars- tales como: arte, artista, artístico, artesano, etc; es una mujer peligrosa. Puede ser una timadora profesional o una estúpida profesional. Si se la topa algún día en el camino, cúbrase los oídos y huya con todas las fuerzas que sus piernas le permitan.
Será preciso alejarse de la gente que frecuente grupos de teatro y de las personas que sólo lean ese tipo de escritores que suelen llamarse -malditos-. Si usted les concede una oportunidad, lo invitarán a tomar cerveza en lugares horrorosos, envenenaran su cerebro con estupideces y lo reclutaran a un ejercito de perdedores que añora secretamente un trabajo en la tele.
No es una tarea tan difícil identificarlos:
-Tienen pocos amigos que no se vistan de forma conspicua y que cuidan su higiene personal.
-Más del 60% de lo que leen es poesía.
-No elaboran ideas consistentes.
-Tienen un coeficiente intelectual bajo.
-Simpatizan con ideas de izquierda y son fervientes admiradores de Noam Chomsky.
-Han visto todas las películas de directores como: Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, entre otros.
Alejarse de esa gentualla es una necesidad absoluta. Mucho tiempo a su lado podría sofocar tu alma e inutilizarla para siempre.
Habla de arte únicamente con gente divertida, inteligente y particularmente culta. Ese propósito se hace más fácil si se aprende a escuchar, porque la gente que habla se delata. Escuchando sabrás si tu interlocutor produce ideas gaseosas o ideas claras y consistentes. Escuchando sabrás si alguien intenta hacerse pasar por culto balbuceando paparruchadas de origen seudo-intelectual o si en realidad es una persona con cierta elaboración intelectual.
Aprender a escuchar es una destreza que implica muchas veces no escuchar.
Lee casi todo lo que se atraviese en tu camino a excepción de Best-sellers. Evita particulamente a: Paulo Coehlo, toda la serie Harry Potter, Dan Brown, Walter Riso, etc.
La literatura de -superación personal- es para mentes débiles que no han sufrido lo suficiente. Los escritores de -superación personal- son mentes débiles que han subido un peldaño en la gran escalera de la estupidez y se dedican a timar a los incautos que se encuentran en los peldaños inmediatamente inferiores.
Aprender a vibrar con verdadera literatura es el mejor remedio para las mentes débiles.
Nunca leas la poesía de alguien que se autoproclama poeta, ni las novelas de alguien que se haga llamar escritor; no te desgastes con las fotografías de alguien que se presente como fotógrafo. Aprende a burlarte secretamente de todos aquellos que repitan muchas veces y a viva voz que son artistas.
Si le preguntas a alguien por su profesión y te responde algo como: -Soy artista- Tienes derecho a burlarte, pero hazlo para tus adentros únicamente o intentarán desgastarte en discusiones tontas sobre la subjetividad del arte, sobre la decadencia del materialismo, sobre el arte urbano, sobre el arte pop, sobre Andy Warhol, sobre el post-modernismo, sobre progresismo y tolerancia, etc.
No leas Blogs.
Desconfía de la gente que solo sabe adular. Si alguien adula en demasía tus escritos, tus fotos o tus pinturas, ese alguien tiene muy poco criterio o espera tu adulación reciproca. Si muchos adulan tus obras, lo más seguro es que sean pura basura.
No le pidas nunca a nadie una opinión muy seria: destruye tus obras por ti mismo.
Jamás le muestres tu obra ni tengas en cuenta la opinión de alguien que no lea más de 20 libros completos al año. Si te expones a la miseria intelectual de los seudo-intelectuales engrosaras también las filas de los miserables.
Lee poesía y estudia ingeniería electrónica. Escribe novelas y gana dinero como abogado de corporaciones. Pinta abstracciones por las noches y trabaja en Wall Street de día. Que el arte no sea tu oficio; que el arte no sea tu forma de ganarte la vida.
Si desafías esas reglas acabarás mendigando y tu arte será pobre, efectista y a la medida de las quinceañeras y del televidente promedio.
Sé cuidadoso y meticuloso en los momentos indicados.
Cultiva tu cerebro primero y luego tu arte. El primero le dará contenido al segundo.
Querido Pimentel: Puedes tener mucha razón en algo de lo que dices, pero a la vez puedo llegar a pensar que buscas que el mundo se haga a imagen y semejanza tuya. Igualmente discrepo mucho de lo que dices. No creo que puedas pedirle a Cortazar que mientras escribe trabaje en Wall Street o sea abogado de alguna multinacional, no creo que puedas pedirle a Eco que no viva de su arte, ni siquiera antes de que ellos mismos fueran lo que son. Existe una gran diferencia entre decir que eres un artista y ser un seudo-intelectual, fanático del Che que se bañe dos veces al año. Sé que ellos no entienden la diferencia y al parecer tu tampoco. Para ellos puede ser muy fácil decir que viven del arte y que tienen un espíritu de artista, les resulta cómodo en todos los aspectos de su vida y les da una escusa para realizar la mayoría de sus comportamientos lastimeros. Lo que no logro entender es por qué, bajo el supuesto que expones en el escrito, si alguien escribe o pinta algo hermoso no sé puede llamar a sí mismo “artista”, al fin y al cabo, esa es su arte, y esa persona no necesariamente busca enredarte en una conversación sobre algún tipo de arte, simplemente él si se sienta artista.
ResponderBorrarQue alguien te adule, no significa necesariamente que no tenga nada que decir, ni desea que tú también lo adules, existe también la gente que piensa que lo que haces está bien y que no siempre es necesario ser crítico para mostrar que eres interesante. Adular puede significar también que esa persona, que te da su opinión, no se siente con la autoridad suficiente para decir que está bien y que está mal, probablemente porque sea el pero crítico de su arte.
Considero que la idea de arte que tienes está muy sesgada y erróneamente influenciada. Ver a Tarantino o a Almodóvar y que de hecho te guste lo que hacen, no te hace un seudo-intelectual de bares del centro bogotano, eso también es arte.
Además creo que para ser artista no es necesario ser chic.
Yo creo que el regaño de Anónimo es bien merecido, los artistas de verdad son los que siente que son artistas y tienen como tal que dedicarse a decirlo a los cuatro vientos y a vestirse de forma singular para que los reconozcan, los que no son artistas les toca trabajar para poder comprar 20 libros al año. Pero lo que no me queda claro es si un artista dejará de serlo al leer 20 libros al año, bueno creo que dejaría de serlo para convertirse en lector. Conclusión la propuesta del post en netamente lectoral ¿Quién más podría leerse más de 20 libros al año?
ResponderBorrarEhem. Gracias por el comentario. Está algo tarde, pero su vehemencia me da nuevas fuerzas.
ResponderBorrarQuiero decir que yo me he visto la mayoría de peliculas de Tarantino y de Almodovar y que no creo ser un seudointelectual. Me limité a decir que uno de los razgos típicos de un seudointectual es que se ha visto todas esas películas, pero no dije nunca que alguien que se las haya visto sea -necesariamente- uno de esos personajes.
Creo que usted se siente atacado por mi texto, señor anónimo, pero no por lo que dice mi texto sino por lo que usted cree que dice.
En todo caso, solo para el record, le comento que yo tampoco creo que para ser un artista sea preciso ser -chic-.
Esa es una pésima lectura.
Cortazar está muerto, a propósito, así que resulta super-hiper difícil pedirle que trabaje en Wall Street.
Creo, claro está, que si alguien tiene el talento de Cortazar, ese alguien sí que debería y podría vivir de su arte. El punto es que hay muy pocos Cortazares y muchos charlatanes rondando por las calles.
Mi texto habla de charlatanes y usted, con su ejemplo, lo hace extensivo a Cortazar, así que el problema es suyo y solo suyo.
No creo que Cortazar sea un Charlatan.
Para hacerlo feliz, incluiré cuando tenga tiempo un post-scriptum que diga: Si usted es Cortazar o Eco no pierda su tiempo leyendo esta basura ni siga ninguna de estas recomendaciones ni trabaje en Wall Street ni litigue para corporaciones.
En lo del uso del término artista tiene usted toda la razón. Cada quien es libre de autoproclamarse artista y yo soy libre de reírme en privado o de fundar una nueva religión que tenga como primer mandamiento el burlarse de la gente que se autoproclame artista.
ResponderBorrarEn mi texto hablaba desde mi corta experiencia con gente que se hace llamar así: No tienen ni idea sobre la disciplina artística que dicen practicar. No suelen tener muchas ideas sobre nada.
Lo que he aprendido es que la gente que pinta y escribe cosas hermosas (para usar su ejemplo) suele ser muy pudorosa con lo que pinta y escribe; por ende no vive por ahí montándola de artista.
Eso de mostrarse interesante es complicado, porque a mi personalmente me parece más interesante la gente que puede ser crítica y no la gente a la que le sale más fácil la adulación.
Es particularmente interesante, además, la gente que puede hacer críticas desapasionadas y exentas de insultos.
Por lo demás, no creo que la gente que adule no tenga más nada que decir, creo que me excedí si dije semejante cosa. La gente que adula es simplemente gente que adula.
Personalmente tiendo a no hacerles mucho caso a las lisonjas que no me parecen bien fundamentadas y
creo que me excedí en el texto porque aveces pienso que en este mundo sobran las lisonjas sin fundamento. Por eso y solo por eso, propondría nunca escuchar adulaciones.
No creo que vaya a inducir a muchos errores con mi texto, sin embargo, porque no veo en el futuro próximo ni lejano a ninguna universidad que vaya a incluirlo en su plan de estudios y le juro, que si algún día le enseño a alguien algo sobre literatura, no le pediré que se tome estas líneas muy en serio.
No -muy- en serio.
Pensé que había sido lo suficientemente claro cuando escribí aquello de: -No leas blogs-.
Sin embargo, lamento herir sus susceptibilidades y anoto lo siguiente:
- Cortazar no es mi favorito pero es un buen escritor.
-No sugiero que ser un artista sea equivalente a ser un seudo intelectual.
-Las adulaciones fáciles sí suelen denotar la falta de elaboración del lisonjero pero no necesariamente son producto de esa carencia.
-Ver películas de Tarantino y Almodovar es perfectamente normal y no te hace un seudo-artista ni nada de eso.
-El mundo claramente no debería hacerse a mi imagen y semejanza.
-Jugar a ser artista no otorga licencias para adoptar comportamientos (abro comillas) lastimeros.
-Alguien que no busque enredarme en conversaciones sobre su arte podría ser efectivamente un artista.
-Mi idea de arte está claramente sesgada hacia un arte con un transfondo de verdadera elaboración intelectual y no hacia un arte simplón y bobalicón, pero lo anterior no deja de ser un sesgo.
Y dejo esta lista abierta "porque creo que usted tiene mucha razón en mucho de lo que dice, pero a la vez puedo llegar a pensar que" es mejor que usted siga enumerando, como la viva materialización de la voz de mi conciencia, todos los peros que le halle a mi texto.
Sé que sueno sarcástico, pero no estoy siéndolo. Aprecio mucho su reacción vehemente y no me atrevería a refutar mucho de lo que dice, pero sigo de acuerdo con lo que dice mi texto y sobretodo, con la forma en que lo dice.
No me lo tomo muy en serio, sin embargo.
Si le queda algun tiempo libre reléalo y me cuenta si todavía sigue pensando que sería un texto que aplique para Cortazar o Eco dadas sus circunstancias.
Yo creo en todo caso que ellos sabrían de antemano la recomendación más importante: No leas blogs.
Santiago:
ResponderBorrarTienes algo de razón pero no entiendo la última parte.
¿Quisiste decir -electoral-?
No me deja de asustar cometer una imprecisión en mi comentario, es más en un principio di mi propia definición de lectoral, pero como no me quiero mamar un regaño de 4 cuartillas a doble espacio, prefería dar mi explicación de la intensión del uso de la expresión y luego la definición que la Real Academia Española le da a los términos, realmente yo quería utilizar la palabra canonjía que se define en su segunda acepción como una expresión coloquial referente a “Empleo de poco trabajo y bastante provecho” es decir, un sinónimo de lo que popularmente conocemos como corbata, pero como técnicamente existen varios tipos de canonjías ya en lo referente al termino formal que se define en su primera acepción como “Prebenda por la que se pertenece al cabildo de iglesia catedral o colegial”. Decidí, que una canonjía lectoral, tendría un acercamiento fonético a un adjetivo inventado por mí, derivado de la palabra lectura de la cual estaba haciendo algún tipo de referencia y bajo el derecho divino que me otorga el dios de los dioses, o sea, yo, decidí usar simplemente la expresión lectoral que se define como “Prebendado de oficio. Es el teólogo del cabildo, y deberá ser licenciado o doctor en teología.”
ResponderBorrarUna vez aclarados los términos y el contexto concluiré lo que quise decir de esta nueva forma “La propuesta del post es en esencia, una invitación a llevar el trabajo honroso de un puto cura vago que vive de la comunidad (claramente religiosa ni más faltaba) y que su única obligación es leer”.
Segunda aclaración, tanto el comentario de esta madrugada como el de ahora, tiene como fin único aportar un aroma de peo o pedo fresco a esta discusión, que si bien es cierto entiendo los dos extremos, tanto el del post como el del comentarista Anónimo, considero humildemente y sin ninguna intensión de generar controversia, que la forma le gano al fondo, el post tiene a mi juicio un tono despectivo y displicente, con comentarios ácidos y prepotentes, que considero le dan un picante bacano al post, pero el fondo no es más que el que muy elocuentemente mi ídolo y maestro Pime (hago uso de lo aprendido hoy “lisonjas”) ha aclarado, concentrarse en la forma no tiene sentido, bueno no sé como hubiera reaccionado si sintiera que me estaba describiendo.
Un fraternal saludo de paz a todos desde mi ignorancia o con el favor del dios de dioses mi seuda-ignorancia (no sé si vale como lisonja también o es un vil vanagloria).
No tenía esa palabra en mi léxico.
ResponderBorrarLa añadiré.
Con algo de tiempo y siguiendo lo sugerido, releo el texto y aclaro que no pensé, en ningún momento, que el texto aplicara a Cortázar o a Eco. Lo usé solo para ejemplificar el hecho de considerar un sinsentido la recomendación de trabajar en Wall Street o ser un abogado de una gran corporación. Por lo mismo use, en mi ejemplo, un artista que está muerto. Podría haber sido más acertado hablar de García Márquez en los tiempos en que nadie le quería publicar La Hojarasca
ResponderBorrarEntiendo lo dicho en el texto, pero, y para continuar con la lista iniciada por usted:
- no creo que sea necesario huirle a todo aquel que se autoproclame “artista”, por el contrario, sí creo que sea muy recomendable huirle a todo seudo-intelectual y más aún si este se hace llamar artista.
- Si está hablando de idiotas, hable de idiotas, pero no generalice, ni compare, a quien no suele ser celoso con su obra con uno de ellos, por mucho que diga la experiencia suya.
- Las adulaciones fáciles no convierten a una persona en un lisonjero, y sí, pueden venir tanto de un seudo-intelectual como de un idiota.
- Alguien que busque enredarlo en conversaciones del arte puede, también, ser efectivamente un artista.
-Siguiendo con la crítica a las generalizaciones no considero cierto que sea necesario alejarse de las personas que frecuenten grupos de teatro, gracias a los idiotas que los frecuentan y a las personas que generalizan se tiene esa imagen de los que realmente practican el teatro como un arte.
Personalmente creo que es igualmente fácil realizar una crítica sin contenido que una lisonja. Pero creo que no es necesario decírselo. Eso, porque si nos ponemos a “hilar delgado” no tendrían sentido sus comentarios sobre las adulaciones.
Fue suficientemente claro con lo de –No leas blog- sobre todo si lo dice alguien que tiene un blog. Seguiré su consejo.
Para el record, no me considero un artista, y no por las razones expuestas en su blog, aunque me encante el arte, soy sensato y sé que carezco de talento.
Señor Anónimo:
ResponderBorrarEl único sinsentido que he leído en días es su mención a Cortazar y a Eco. (Eso me parece un mérito si se tiene en cuenta que este blog se llama: Divagaciones, SINSENTIDOS y ...)
Ahora que agrega a García Marquez solo puedo pensar en algo: García Marquez se dedicaba al periodismo. Si usted cree que mendigó para publicar la Hojarasca debería revisar el significado del verbo -mendigar-.
El punto es que García Marquez pudo vender helados, hacer pan, trabajar para Chiquita Brands o para un diario de circulación nacional, pero no creo que haya mendigado nada. Usualmente, la gente que hace arte de verdad no lo usa para mendigar; no hay nada peor que el arte mendicante.
Sus -creos- son diferentes a mis -creos- y se los respeto a regañadientes pero no los comparto. En mi opinión, por ejemplo, sí que es necesario huirle a cualquier idiota que se autoproclame artista o por lo menos, no sostener conversaciones muy elaboradas con él.
En cuanto al asunto de la idiotez, me parece que nunca nadie generaliza cuando habla de idiotas. El mundo está lleno de ellos.
Hoy me levanté de muy buen humor y anotaré su recomendación en el sentido de evitar las generalizaciones, pero le recuerdo que este es mi blog y que en él puedo hacer las generalizaciones que me parezcan convenientes. Si se siente injuriado lo invito a acudir a la fiscalía o a los estrados judiciales o a la liga de la justicia o a quien crea más idóneo para obligarme a guardar silencio.
No sé, por otro lado, a qué viene su comentario sobre -celos-.
Otro de sus creos que no comparto es sobre la adulación. El que mucho adula, el que adula fácilmente, es un adulador, es un lisonjero.
Hay una diferencia sensible entre las adulaciones fáciles y cierto tipo de elogios agudos, informados y honestos, pero no hay mucha gente capaz de establecerla en parte porque hay muy pocos elogios de ese último tipo.
Entendido lo último, creo que generalizar en ese caso tampoco es muy grave.
Alguien que intente enredarme en conversaciones sobre arte no es, en el 90% de las veces, un artista.
Note usted el uso del verbo -enredar- y tenga en cuenta que los hombres que hacen arte suelen ser extraños; son de ese tipo de gente que se queda despierta hasta tarde y que no vé un gran valor en aquello que produce tan naturalmente aunque la gente insista en llamarlo poesía, literatura, pintura, -arte-.
Aveces, cuando estoy de muy mal humor, tiendo a pensar que la única forma de encontrarse una verdadera obra de arte en estos días es ser amigo de una de esas personas. Tan amigo, que uno llegue a ganarse su confianza hasta el punto de toparse casi por accidente con su arte.
El buen arte, el verdadero arte, señor anónimo, es pudoroso, es íntimo. No se pregona a viva voz en los grupos de teatro ni se anuncia en el noticiero de las siete.
En el asunto del teatro, a propósito, estamos más que en desacuerdo, porque mi opinión sobre el teatro contemporáneo es que se trata en un 80% de basura. El teatro (en general) me parece una disciplina artística esclava de la literatura y por eso y por otras cosas que no quiero discutir ahora, la veo (considerada individualmente) como una
disciplina artística menor. Ese es mi punto de vista, le repito, y no me interesa si usted lo comparte o no. Me encantaría, sin embargo, que alguien me refutara y me invitara a un montaje de teatro que me haga vibrar. Lo que suelo ver (sobretodo en el teatro Bogotano) son actuaciones ridículas, expresiones ridículas, caras ridículas, gente ridícula, libretos ridículos, enciclopedismo poco interesante y toneladas y toneladas de estereotipos y clichés ambulantes.
ResponderBorrarPrecisamente por eso, frecuentar grupos de teatro o gente que los integre me parece una pésima idea.
-Hile todo lo delgado que quiera- lo invito.
Y también lo invito a no seguir mi consejo de no leer blogs. Me atrevo a pensar que a usted le harían muy bien algunos blogs que conozco.
Para el record y solo para el record, creo (como lo intuyó Santiago) que usted sí que se considera un artista y que en efecto es una de esas personas obsesionadas con la tarea de encarnar la imágen del artista contemporáneo. Cada vez que leo sus comentarios, no puedo evitar imaginarlo idéntico a esa imágen (es una imágen y no una idea). No lo conozco, pero estoy casi seguro de que cumple con todos los requisitos de la imagología del artista.
Que se desgañite por García Marquez, por Cortazar, por Tarantino, por Almodóvar (todos son excelentes en lo que hacen, valga resaltar) y que sea un defensor acérrimo del teatro son síntomas claros.
No existe antídoto o vacuna para eso, señor anónimo.
Para iniciar no soy el Anónimo original, sólo una réplica obligada por las restricciones de estos medios.
ResponderBorrarSeré breve, considero absolutamente insulsa la discusión en torno a Arte Contemporáneo 101.
Ambas son posturas apasionadas y sospecho que provienen de personas que descansan muy de cerca de eso que profesan aborrecer.
Discusiones estereotipadas, ínfulas intelectualoides y pseudo-artísticas.
Habría que producir más cosas valiosas antes de andar enseñando cómo apreciar el arte, habría que perder menos tiempo y ensañarse en menos riñas de este tipo, tan pueriles. Cortázar, Eco y hasta Cohelo y Riso soltarían una risilla.
Saludos para ambos, un poco más de inteligencia y arte, un poco menos de habladurías.
RECTIFICACIÓN NO SOLICITADA:
ResponderBorrarLo he vuelto a leer un mes después el post sin sueño, también he leído por primera vez mis comentarios y creo apenas justo, decir, que me pareció muy bueno el post, es más, me retracto en cuanto a lo de despectivo y displicente, pienso que es una opinión más, y si al que escribió el post no le gustan los payasos que se disfrazan de artistas plásticos y de literatos y no aceptan su única condición artística, la de payasos, es simplemente un gusto y no sé si se pueda definir a una persona como culta o no, en función del número de libros leídos, seguramente una persona inteligente que lea poco es más culta que un bruto que lea mucho, o como yo, un bruto que lee poco si sería inculto, pero definitivamente, es concluyente el post, hay que confiar en el que escucha, en el que lee, en el que se cultiva y no creer en el que se autoproclama artista, estoy de acuerdo.
jajajajaj
ResponderBorrarMe hace recordar a Héctor Abad Fasciolince, cuando le preguntaron qué pensaba de la literatura de Paulo Coehlo. Respondió que comparar a Coehlo con Pezoa era como comparar etimológicamente sus apellidos, es decir comparar a una persona con un conejo.
Y no nos digamos mentiras... el mundo está lleno de conejos. Curiosos. Artísticos animales.
Excelente post.
hombre que bien..... un hermano en armas
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