Es un sitio relativamente oscuro, del color de la madera. Sobre cada pupitre hay una pluma lista para usarse y dos libros cuyos colores crean una sensación cromática deliciosa si se los mira en relación a su entorno ocre.
Se supone que uno de los libracos, de carátula azul apastelada atrapaojos, es una selección de lecturas para gustos eclécticos, elaborada por un tal McGuffey. Ni idea.
Se supone tambien que aquí le daban buena educación a los niños negros del sur de Los Estados Unidos en una época en la que todavía eran ciudadanos de segunda categoría.
Nuestra guía, una señora afable y de buen humor, de aquellas republicanas que mencionan mucho a Jesús, asegura que en estos edificios la gente recibía un trato digno y que sus paredes algún día albergaron voces y notas de Gospel.
3 de enero de 2009. Montgomery Alabama
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