miércoles, marzo 11, 2009

El Policía Poeta del Pantano de Vargas



Se supone que es un policía de turismo. Después de una clase de seis meses de teoría general del estado y de otras tantas materias afines, yo no entiendo ese concepto, pero esa es otra historia.

No es amigo de la palabra "entonces" y en un acento cantado (que me hace pensar en un torpe pero tierno caballero de otra época) prefiere usar la palabra "entón" para conectar los sucesos de sus relatos.
Es una palabra horrorosa y sin gracia, pero cuando él la repite bajo el sol del Pantano de Vargas suena encantadora.

Sus historias son sobre caballos, sobre generales obstinados que tientan al destino, sobre unos jinetes llenos de bizarría que cabalgaban casi desnudos y que acababan con todos los rivales a su paso. Las cuenta señalando hacia los cerros, indicando las posiciones de los generales, revelando el camino de las tropas e insinuando las trayectorias de las balas de cañón. Mientras ubica con gestos pausados el lugar que alguna vez fué la morada de Simon Bolivar, uno casi puede sentir el estruendo de la batalla.

Ningún historiador Colombiano que conozca tiene el mismo carisma o el mismo talento para hacer vibrar a la gente con ese tipo de historias sobre nuestros héroes.

Es un policía de turismo, porque así está escrito en su uniforme. Pero tambien, con el permiso del cielo Boyacense, es un poeta. Por lo menos un poeta de medio turno.

No creo que lo sepa, pero dentro de su uniforme, debajo de su sombrero y en el canto de sus frases torpes hay más poesía que en muchos best-sellers y facultades de literatura.

1 comentario:

  1. Entonces la poesía es colgar nuestra historia en el tránsito y relatarla al olvido. Amen

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